¿NECESITO UN PSICÓLOGO?
A mi parecer, la psicología ha sido arduamente menospreciada en nuestra sociedad. A menudo necesitar un/a psicólogo/a se emplea como un arma arrojadiza en medio de una discusión: “¡Estás mal de la cabeza, necesitas un psicólogo!”…Y el contrataque se imagina fácilmente: “Yo no estoy loco, tendrías que ir tú, pero no al psicólogo, ¡sino al psiquiatra!”, (como si los psiquiatras trataran los trastornos aún más graves…).
También hemos oído bastante esa frase de “yo no creo en los psicólogos”, como si fuésemos especies de magos o hechiceros o propugnáramos una especie de religión sujeta a la fe y sin ser demostrable. Nada más lejos de la realidad. La Psicología es una ciencia. Esta ciencia estudia el comportamiento humano y los procesos mentales con diversos y rigurosos métodos de investigación. Tiene sus raíces en grandes sabios y pensadores de la antigüedad y se establece como ciencia empírica en el siglo XXVII.
¿Y SI ME DESAHOGO CON MI MEJOR AMIGO?
Quizás tenemos un buen amigo/a a quien le guste escuchar y aconsejar. Tal vez es una persona sabia, con experiencia. Y sí, es probable que nos dé un buen consejo. Sin embargo, debemos contemplar varios aspectos. El primero y más importante es la “preparación profesional”: la psicología es una disciplina compleja; para tratar o asesorar a personas con problemas es necesario un intenso y profundo estudio, no sólo de una carrera universitaria sino de masters y cursos complementarios. Los psicólogos dedican su vida profesional y su jornada de ocho horas al día a analizar y tratar problemas humanos. No podemos comparar su análisis profesional con una conversación con un buen amigo que, aunque tenga su mejor intención, no tiene la preparación para ayudarnos, incluso, puede darnos un consejo contraproducente. Recuerdo aquel paciente que venía desolado cuando su amigo le recomendó regalar a su esposa un ramo de flores, cuando ella le había pedido encarecidamente un espacio para reflexionar, y al considerar que su marido no lo respetó, decidió romper definitivamente. Otro aspecto es el “efecto referencia del emisor”: según los datos, al hablar con un amigo no iniciaremos ninguna acción de cambio, porque no tomaremos en serio su opinión, mientras que las palabras del profesional tendrán mucha más trascendencia y aumentarán la motivación al cambio.
¿MEJOR AL PSIQUIATRA?
La psiquiatría es una rama de la medicina, y por ello los psiquiatras tienden a tratar con medicación. Los psicólogos no son médicos y no emplean fármacos en los tratamientos. Hay trastornos que requieren medicación, como las enfermedades mentales graves, tipo esquizofrenia, pero la gran mayoría de problemas psicológicos, aunque sean graves, se resuelven sin medicación, a través de la psicoterapia. De hecho, medicar un problema psicológico como la ansiedad o la depresión no sólo es innecesario, sino que puede ser perjudicial, ya que crea una dependencia al fármaco, sin resolver el origen del problema que sólo puede solucionarse con una mente lúcida, sin medicación, que a través de la psicoterapia afronte la dificultad y la transforme en fortaleza.
¿Y EL COACH?
Un coach es una persona que ha realizado algún curso privado, no universitario, sobre habilidades comunicativas para asesorar a su cliente a conseguir distintos objetivos en la vida. El coaching no es una disciplina de tratamiento de problemas psicológicos, y no abarca el entendimiento profundo de la psique, para lo cual es necesario un estudio profundo de la misma. El trabajo del coach pretende ser una parte del trabajo del psicólogo, consistente en aspectos como la motivación, la orientación hacia las metas y el crecimiento personal, objetivos fundamentales que ya incluye la labor del psicólogo.
A MODO DE CONCLUSIÓN, comparto una anécdota que me resultó curiosa sobre este tema. Hace un tiempo atendí en mi consulta a un paciente de origen argentino. Me comentaba muy sorprendido: “Llevo un año en España, y no entiendo como muchas personas aquí no tienen su psicólogo. En Argentina no conozco a nadie que no tenga el suyo, ya que lo consideramos crucial para mejorar nuestras vidas. Sin embargo, aquí todos han ido alguna vez al dietista, al entrenador deportivo, al peluquero, estilista o al dentista…Todo eso sí es normal…Y entiendo que también es necesario tratarse y asesorarse para lucir lindos… ¿Pero no es tanto o más importante asesorarse para ser feliz?”
Mónica Ferrera, psicóloga y psicoterapeuta.
ricardo romero huelva says:
Realmente convence que es necesario recibir ayuda y mejorar,construir un día a dïa es fundamental cuando no se tiene.