CINCO DECISIONES PARA VIVIR INTENSAMENTE, COMO SI FUERA EL ÚLTIMO DÍA…

Hay personas diagnosticadas de una grave enfermedad que les sentencia poco tiempo de vida. Es sorprendente cómo a veces estas personas cambian su forma de ver la vida. Intentan exprimir cada momento, disfrutan y valoran todas las pequeñas cosas que antes pasaban desapercibidas, precisamente, porque están aceptando que tienen un final. Miran hacia atrás y se lamentan de no haber aprovechado el tiempo, de no haber hecho todo lo posible por cumplir sus sueños. A veces, estas personas conectan tan profundamente con esa energía de la vida, que parecen entrar en una especie de iluminación espiritual. Ciertamente, porque han aceptado el final de la vida, porque “aprenden a morir”. Y cuando estas personas, a veces de forma milagrosa, llegan a curarse, viven la vida como una resurrección maravillosa, como un auténtico regalo, y se transforman en un nuevo ser, totalmente diferente al anterior.

Sólo cuando aprendemos que todo tiene su final, somos capaces de apreciarlo de forma real. Si no somos conscientes de ello, vivimos sin darle importancia a cada día, a cada acto, vamos postergando como si el tiempo fuera eterno, renunciando a aprovechar cada momento. Y como dice Goethe: “La renuncia es un suicidio cotidiano”.

Y… ¿por qué esperar a que algo drástico nos ocurra para cambiar nuestra vida? ¿por qué no valorar con plena consciencia si la vida que tenemos es la que realmente queremos,… antes de que el tiempo se agote? Los budistas practican durante horas la “meditación de la impermanencia” (nada permanece, todo tiene su fin), y la “meditación de la muerte” (el final de la vida), precisamente para aprender a atesorar cada momento de la vida, y para prescindir de aquello inservible para la felicidad.

Cuando las personas deciden VIVIR, con mayúsculas, “como si fuera el último día”, en lugar de “sobrevivir” lo que la vida les va deparando, coinciden en tomar ciertas decisiones.

1. Empiezan a plantearse si seguir “trabajando tan duro”, o dedicar el tiempo a aquello que les hace disfrutar. La idea sobrevalorada de que “el trabajo es lo primero” puede ir invadiendo hasta disolver el tiempo dedicado a la familia o a las aficiones. A menudo es demasiado tarde cuando nos damos cuenta de ello, y ya hemos perdido a la pareja, o la salud que nos permitía desarrollar tales acciones.

2. Deciden comenzar a ser fieles a sus propios principios y dejar de comportarse en función a lo que los demás esperan de ellos. Testimonios como “Me casé porque era el sueño de mis padres”, “Escogí estudiar derecho porque todos me decían que tenía facultades para ello”, se tornan rebeldía y empiezan a dirigirse a su libertad y a sus verdaderos sueños.

3. Comienzan a expresar sus sentimientos, cuando antes por dejadez o vergüenza callaban. Dicen “te quiero” a su madre o a su padre, dan explícitamente las “gracias”, o recuerdan a sus parejas “te amo”. ¿Por qué esperar a que algo drástico ocurra para expresar tan maravillosos sentimientos?

4. Dejan ir a personas que ya no les aporta y crean nuevos acercamientos a personas más afines, que les inspiran y enriquecen. Hace poco me contaba una chica en la consulta que todos los sábados quedaba con una amiga con la que no se sentía nada bien, que no hacía sino criticarla y juzgarla. Afortunadamente, consiguió el valor de no volver a quedar con ella, y empezó a asistir a clases de baile los sábados, donde reencontró a viejas amistades y conoció a nuevas personas muy divertidas e inspiradoras.

5. Se dan cuenta de que la Felicidad no es una suerte, sino una “actitud”. La Felicidad no es un derecho que se nos concede, sino una decisión de cada día. Así, puedes decidir sobrevivir como puedas, o VIVIR, plenamente, como si fuera tu último día…

Mónica Ferrera, psicóloga y psicoterapeuta.

  1. Yolanda says:

    Como siempre maravillosas reflexiones que compartes con los que te seguimos y te queremos… Gracias por compartir tu esencia con nosotros Monica, y a vivir nuestro presente, ya que es lo único real que tenemos en nuestra mano.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



  • Mónica Ferrera

  • "A través de este blog quiero compartir conocimientos y experiencias sobre la mente, el comportamiento y el sentir humano. Lejos de tecnicismos y diagnósticos psiquiátricos, me centro en la vida misma, en los condicionantes que influyen día a día en la felicidad o infelicidad de cada uno de nosotros. Para ello me baso en mi experiencia clínica en la consulta, en mi pasión por seguir formándome y aprendiendo cada año, cada día; en numerosas investigaciones que he contrastado; y cómo no, en mi experiencia personal. Mi objetivo es aportar y compartir. Mi deseo, poner en tus manos herramientas para ser más feliz."
  • Entradas recientes

  • Comentarios recientes

  • Archivos

  • Categorías

  • Meta