EL AMOR ES NECESARIO, PERO NO SUFICIENTE…

 Muchas veces vienen a mi consulta parejas que quieren solucionar una larga convivencia tormentosa, y justifican que tienen que estar juntos porque en el fondo “se quieren mucho”. Piensan que el amor puede sanarlo todo y transformar su desdicha en felicidad. Ni que decir tiene que el amor es imprescindible para que una pareja sea feliz, pero debemos diferenciar dos tipos de amor: el “buen amor” y el “mal amor”.
La mayoría de las parejas que deciden separarse sienten que “se quieren”, en cualquiera de las manifestaciones del amor: compañerismo, amistad, pasión, compromiso, cuidado… pero esto no es suficiente. Para una relación de pareja feliz, que nutra a sus miembros, es necesario el BUEN AMOR. Y para el buen amor, para un amor feliz, como describe el sabio hindú Swami Pragnanpad, se requieren cinco condiciones:

  1. 1. La relación tiene que ser FÁCIL. Tenemos que sentir que el día a día fluye con armonía, sin excesivo esfuerzo. Que la interacción con la otra persona no nos suponga un continuo desgaste para todo. He conocido parejas “agotadas” de su día a día con el otro… de luchar constantemente por establecer acuerdos sobre cada detalle cotidiano: sobre qué almorzamos, o dónde salimos a almorzar, qué vemos en la tele, a qué hora se tiene que recoger el niño… Todos podemos diferenciar cuándo, incluso en otros tipos de relación, como amistades, compañeros de trabajo, vecinos, etc, la relación es fácil y fluye, o bien es tensa, incómoda y agotadora.
    2. Las dos personas han de ser COMPATIBLES. No se trata de encontrar ese “alma gemela”, idéntica a la nuestra, pero sí se requiere un mínimo de aspectos compatibles para que la relación pueda dar lugar a felicidad. Si por ejemplo, ella ama y protege a los animales y la naturaleza, pero a él le gusta cazar por placer; o si a una persona lo que le gusta es ir a la playa, pasear por la orilla y luego tomar su bocata hasta el atardecer pero a la otra persona le gusta ir de etiqueta a restaurantes y lugares selectos, ahí chirría la compatibilidad de valores. Si una persona tiene 20 años y está en una etapa vital propia de esa edad y se enamora de una persona de 45 con hijos, puede que también sea complicado el entendimiento y el acuerdo.
    3. La tercera condición es el COMPAÑERISMO. Cuando elegimos a la pareja elegimos una persona para compartir la vida, elegimos un “compañero de vida”. Por tanto, tenemos que sentir que esta compañía también es amistosa, que le entendemos y se preocupa por entendernos. Debe ser una leal amistad que perdura y madura con los años. Deben ser compañeros que van de la mano hacia una misma dirección.
    4. La CONFIANZA. Es condición necesaria que tengamos fe y confianza plenas en que la otra persona va a procurar nuestro bien y no nos va a dañar, al menos, no voluntariamente. Esta condición nos da un estado necesario en la vida de cualquier relación: la paz. Si desconfiamos de nuestra pareja empiezan a crearse tensiones y malestar. Empezamos a caer en el control del otro y empieza a instaurarse el peor enemigo del amor: el miedo.
    5. La última condición es quizás la más difícil: DESEAR EL BIEN DEL OTRO. Se trata de un deseo espontáneo de que el otro sea feliz, por encima de nuestro ego y de nuestros miedos. Procuramos su bienestar y nos alegramos de su disfrute, incluso aunque disfrute sin nosotros. Es parecido al deseo que sentimos cuando buscamos el bienestar de los hijos. Esta condición invita al corazón a ser generoso, a dar y ser feliz en ello.

No es fácil hallar estos cinco criterios en una pareja, pero sí es importante saber que si sólo se cumplen uno, o dos, o ninguno, la pareja vive en el tormento y la desdicha. Y lo triste es que el tormento también crea fuertes vínculos entre las personas. Quién no ha visto una relación de largos años juntos y de grandes tormentos pero que no pueden estar el uno sin el otro…
Sin embargo, el buen amor aboga por una relación que nutre a sus miembros, que suma bienestar en vez de restar. Todo comienza en la propia responsabilidad de elegir bien a esa persona, siendo conscientes de la principal función de la pareja: compartir y potenciar la felicidad de sus miembros.

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Mónica Ferrera, psicóloga psicoterapeuta.

www.monicaferrera.es

  1. MR says:

    Buenísimo artículo sobre relaciones de pareja. Hay tantísimas parejas que piensan eso de «nos queremos mucho» y a pesar de que su relación es tóxica siguen adelante acabando con ellos mismos, sus vidas y muchas veces con sus propios hijos.

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  • Mónica Ferrera

  • "A través de este blog quiero compartir conocimientos y experiencias sobre la mente, el comportamiento y el sentir humano. Lejos de tecnicismos y diagnósticos psiquiátricos, me centro en la vida misma, en los condicionantes que influyen día a día en la felicidad o infelicidad de cada uno de nosotros. Para ello me baso en mi experiencia clínica en la consulta, en mi pasión por seguir formándome y aprendiendo cada año, cada día; en numerosas investigaciones que he contrastado; y cómo no, en mi experiencia personal. Mi objetivo es aportar y compartir. Mi deseo, poner en tus manos herramientas para ser más feliz."
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